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Canto de alabanza de David

(Sal 18)

22 [a] David cantó al SEÑOR esta canción cuando el SEÑOR lo libró de Saúl y todos sus enemigos.

«El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi libertador.
    Dios es mi refugio, él me protege;
es mi escudo, me salva con su poder.
    Él es mi escondite más alto,
mi protector y Salvador.
    ¡Tú me salvas de la violencia!
¡El SEÑOR es digno de alabanza!
    Le pedí ayuda, y me rescató de mis enemigos.

»Me encerraron olas gigantes
    y sentí miedo ante la temible corriente.
El lugar de los muertos[b] me enredó en sus cuerdas,
    tendía ante mí trampas mortales.
En mi angustia clamé al SEÑOR,
    y pedí ayuda a mi Dios.
Desde su templo, él escuchó mis lamentos,
    y oyó mis gritos pidiendo auxilio.

»Entonces la tierra tembló y se tambaleó,
    las bases de los cielos se estremecieron;
la tierra tembló y retumbó
    porque Dios estaba furioso.
Salía humo de su nariz[c]
    y llamas de su boca;
    lanzaba carbones encendidos.

10 »Dios abrió el cielo
    y bajó sobre una nube negra.
11 Bajó cabalgando sobre los querubines del cielo;
    se deslizaba con el viento.
12 Estaba oculto en nubes, espesas y oscuras,
    que lo cubrían totalmente.
13 Entonces la gloria resplandeciente de Dios brilló en las nubes
    arrojando granizo y emitiendo fuertes rayos.

14 »La voz del SEÑOR retumbó en el cielo,
    el Altísimo se hizo oír y hubo rayos y granizo.
15 Dios lanzó sus flechas[d] y dispersó al enemigo.
    Lanzó muchos rayos y todos salieron espantados.
16 SEÑOR, tú alzaste la voz para hacerte escuchar
    y sopló un viento fuerte[e]
que dejó el fondo del mar a la vista.
    Las bases de la tierra quedaron al descubierto.

17 »Luego extendió la mano y me rescató.
    Me sacó de las aguas turbulentas.
18 Me salvó de mis poderosos enemigos,
    de los que me odiaban,
    pues eran más fuertes que yo.
19 Cuando yo estaba en dificultades
    y mis enemigos me atacaban,
    el SEÑOR me dio su apoyo y protección.
20 Él me rescató porque me ama;
    me llevó a un lugar seguro.

21 »El SEÑOR me recompensó como merecía porque actué con justicia.
    Él me recompensó porque no he obrado con maldad.
22 Me he preocupado por vivir como el SEÑOR quiere que lo haga.
    Por eso no he hecho nada que pueda separarme de Dios.
23 Siempre tengo en cuenta sus enseñanzas
    y nunca me aparto de sus leyes.
24 He sido siempre honesto con él
    y me he mantenido apartado del mal.
25 Por eso, el SEÑOR me recompensará en la medida que yo actúe con justicia.
    Lo hará en tanto yo no haga el mal.

26 »Dios es fiel con los que le son fieles;
    sincero con los que le son sinceros.
27 Eres bueno y puro con la gente que es buena y pura;
    pero le sales adelante a la gente tramposa.
28 Tú salvas a la gente humilde
    y humillas a los más soberbios.
29 SEÑOR, tú iluminas mi sendero;
    eres mi luz en la oscuridad, SEÑOR.
30 Dios mío, con tu ayuda podré correr con los soldados.
    Con tu ayuda asaltaré las murallas de mis enemigos.

31 »El camino de Dios es perfecto;
    las promesas del SEÑOR han sido probadas.
    Él protege a quienes buscan su ayuda y protección.
32 El SEÑOR es el único Dios.
    Nuestro Dios es la única roca.
33 Él es quien me fortalece
    y perfecciona mi camino.
34 Él me ayuda a correr tan rápido como una gacela
    y me mantiene firme aun en los lugares más altos.
35 Él me prepara para la guerra.
    Les da fuerza a mis brazos para que puedan lanzar dardos poderosos.
36 Dios mío, me has dado el escudo de tu salvación,
    y me has ayudado a prosperar.
37 Tú me ayudas a correr más rápido
    y les das fuerzas a mis piernas.

38 »Así puedo perseguir y destruir a mis enemigos;
    no descansaré hasta derrotarlos.
39 Acabaré con ellos.
    Los derrotaré de modo que ellos nunca puedan levantarse de nuevo;
    todos ellos estarán bajo mis pies.
40 Dios mío, tú me das fuerzas en la batalla;
    haces que aquellos que me persiguen tengan que rendirse ante mí.
41 Tú me ayudas a derrotar a mis enemigos
    y a derribar a los que me odian.
42 Ellos buscaron ayuda, pero nadie fue en su auxilio.
    También llamaron al SEÑOR, pero él no les respondió.
43 Dispersé a mis enemigos como el polvo de la tierra.
    Los pisoteé como al barro en las calles.

44 »Tú me salvaste de conflictos militares,
    me pusiste a cargo de naciones.
Gente que yo no conocí antes,
    ahora me sirve.
45 Esos que no me conocían
    tratarán de halagarme.
46 Tendrán temor de mí.
    Saldrán de sus escondites temblando de miedo.

47 »¡El SEÑOR vive! ¡Bendita sea mi roca!
    Alabado sea Dios mi Salvador.
48 Dios castiga a mis enemigos
    y los pone bajo mi control.
49 Él me salva de mi enemigo,
    me ayuda a vencer a los que me atacan.
    Me salva del cruel enemigo.
50 Por eso alabo al SEÑOR
    y adoro su nombre en todas partes.
51 Él le da la victoria a David, su rey elegido.
    A él y a sus descendientes
    les muestra siempre toda su bondad».

Footnotes

  1. 22:1 Este cántico también se encuentra en el Sal 18.
  2. 22:6 lugar de los muertos Textualmente Seol.
  3. 22:9 Salía humo de su nariz o En su furia, salía humo de él.
  4. 22:15 flechas Se refiere a los rayos.
  5. 22:16 SEÑOR […] viento fuerte o SEÑOR, tú hablaste con fuerza y un soplo de viento salió de tu nariz.

Cántico de liberación de David

(Sal. 18 título; 1-50)

22 Habló David a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Dijo:

Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador;

Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;

Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio;

Salvador mío; de violencia me libraste.

Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,

Y seré salvo de mis enemigos.

Me rodearon ondas de muerte,

Y torrentes de perversidad me atemorizaron.

Ligaduras del Seol me rodearon;

Tendieron sobre mí lazos de muerte.

En mi angustia invoqué a Jehová,

Y clamé a mi Dios;

Él oyó mi voz desde su templo,

Y mi clamor llegó a sus oídos.

La tierra fue conmovida, y tembló,

Y se conmovieron los cimientos de los cielos;

Se estremecieron, porque se indignó él.

Humo subió de su nariz,

Y de su boca fuego consumidor;

Carbones fueron por él encendidos.

10 E inclinó los cielos, y descendió;

Y había tinieblas debajo de sus pies.

11 Y cabalgó sobre un querubín, y voló;

Voló sobre las alas del viento.

12 Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí;

Oscuridad de aguas y densas nubes.

13 Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes.

14 Y tronó desde los cielos Jehová,

Y el Altísimo dio su voz;

15 Envió sus saetas, y los dispersó;

Y lanzó relámpagos, y los destruyó.

16 Entonces aparecieron los torrentes de las aguas,

Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo;

A la reprensión de Jehová,

Por el soplo del aliento de su nariz.

17 Envió desde lo alto y me tomó;

Me sacó de las muchas aguas.

18 Me libró de poderoso enemigo,

Y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo.

19 Me asaltaron en el día de mi quebranto;

Mas Jehová fue mi apoyo,

20 Y me sacó a lugar espacioso;

Me libró, porque se agradó de mí.

21 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;

Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

22 Porque yo he guardado los caminos de Jehová,

Y no me aparté impíamente de mi Dios.

23 Pues todos sus decretos estuvieron delante de mí,

Y no me he apartado de sus estatutos.

24 Fui recto para con él,

Y me he guardado de mi maldad;

25 Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;

Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.

26 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,

Y recto para con el hombre íntegro.

27 Limpio te mostrarás para con el limpio,

Y rígido serás para con el perverso.

28 Porque tú salvas al pueblo afligido,

Mas tus ojos están sobre los altivos para abatirlos.

29 Tú eres mi lámpara, oh Jehová;

Mi Dios alumbrará mis tinieblas.

30 Contigo desbarataré ejércitos,

Y con mi Dios asaltaré muros.

31 En cuanto a Dios, perfecto es su camino,

Y acrisolada la palabra de Jehová.

Escudo es a todos los que en él esperan.

32 Porque ¿quién es Dios, sino solo Jehová?

¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?

33 Dios es el que me ciñe de fuerza,

Y quien despeja mi camino;

34 Quien hace mis pies como de ciervas,(A)

Y me hace estar firme sobre mis alturas;

35 Quien adiestra mis manos para la batalla,

De manera que se doble el arco de bronce con mis brazos.

36 Me diste asimismo el escudo de tu salvación,

Y tu benignidad me ha engrandecido.

37 Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí,

Y mis pies no han resbalado.

38 Perseguiré a mis enemigos, y los destruiré,

Y no volveré hasta acabarlos.

39 Los consumiré y los heriré, de modo que no se levanten;

Caerán debajo de mis pies.

40 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea;

Has humillado a mis enemigos debajo de mí,

41 Y has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,

Para que yo destruyese a los que me aborrecen.

42 Clamaron, y no hubo quien los salvase;

Aun a Jehová, mas no les oyó.

43 Como polvo de la tierra los molí;

Como lodo de las calles los pisé y los trituré.

44 Me has librado de las contiendas del pueblo;

Me guardaste para que fuese cabeza de naciones;

Pueblo que yo no conocía me servirá.

45 Los hijos de extraños se someterán a mí;

Al oír de mí, me obedecerán.

46 Los extraños se debilitarán,

Y saldrán temblando de sus encierros.

47 Viva Jehová, y bendita sea mi roca,

Y engrandecido sea el Dios de mi salvación.

48 El Dios que venga mis agravios,

Y sujeta pueblos debajo de mí;

49 El que me libra de enemigos,

Y aun me exalta sobre los que se levantan contra mí;

Me libraste del varón violento.

50 Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová,

Y cantaré a tu nombre.(B)

51 Él salva gloriosamente a su rey,

Y usa de misericordia para con su ungido,

A David y a su descendencia para siempre.