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Manasés, rey de Judá

(2 R 21:1-18)

33 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y gobernó por 55 años en Jerusalén. Él hizo lo que no le agradaba al SEÑOR. Cometió los terribles pecados que cometían las otras naciones, las que el SEÑOR expulsó del país cuando entraron los israelitas. Manasés construyó de nuevo los santuarios sobre las colinas, que su papá Ezequías había destruido. También construyó altares para los baales e hizo postes de Aserá. Manasés adoró y sirvió las estrellas del cielo, construyó altares en honor a dioses falsos en el templo del SEÑOR, aquel lugar que el SEÑOR mencionaba cuando dijo: «Yo pondré mi nombre en Jerusalén para siempre». Manasés construyó altares para las estrellas del cielo en el atrio del templo del SEÑOR, sacrificó a su propio hijo y lo quemó en el valle de Ben Hinón. Practicó la magia, la adivinación y la hechicería. Consultó médium y brujos. Manasés hizo tantas cosas que desagradaban al SEÑOR que provocó su enojo.

Manasés puso en el templo de Dios una estatua de un ídolo que había hecho. Dios les había dicho a David y a su hijo Salomón acerca del templo: «He elegido a Jerusalén de entre Israel, pondré mi nombre en Jerusalén para siempre. Yo no haré que los israelitas salgan de la tierra que les di a sus antepasados, los dejaré si obedecen todo lo que les he mandado, toda la ley, estatutos y mandamientos que les di por medio de Moisés». Manasés hizo hacer a Judá y a los habitantes de Jerusalén peores maldades que las otras naciones que vivían antes de Israel en la tierra de Canaán, a las que el SEÑOR destruyó cuando vinieron los israelitas para tomar posesión de la tierra.

10 El SEÑOR les advirtió a Manasés y a su pueblo, pero no le hicieron caso. 11 Debido a eso el SEÑOR hizo que los comandantes del ejército de Asiria invadieran el país. Ellos capturaron a Manasés y lo llevaron a Babilonia sujeto con garfios y cadenas de bronce.

12 Pero cuando se vio en semejante situación tan angustiosa, rogó al SEÑOR su Dios y se humilló profundamente ante el Dios de sus antepasados. 13 Manasés oró a Dios, él atendió su súplica y le permitió volver a Jerusalén y regresar a gobernar. Así fue como Manasés comprendió que el SEÑOR es Dios.

14 Después de todo esto, Manasés construyó una muralla alta al exterior de la Ciudad de David, la cual iba desde el occidente del arroyo de Guijón, en el valle, hasta la puerta del Pescado y rodeaba Ofel. Además puso comandantes militares en todas las ciudades fortificadas de Judá. 15 También quitó del templo del SEÑOR los dioses extranjeros, el ídolo y todos los altares que habían construido en el monte del templo del SEÑOR y en Jerusalén, y los arrojó fuera de la ciudad. 16 Después reparó el altar del SEÑOR, presentó en él ofrendas para festejar y ofrendas de acción de gracias, y le ordenó a Judá que sirviera al SEÑOR, Dios de Israel. 17 Sin embargo, el pueblo siguió ofreciendo sacrificios en los santuarios sobre las colinas, aunque los ofrecía sólo al SEÑOR su Dios.

18 El resto de los hechos de Manasés, incluso la oración que hizo a Dios y las palabras de los videntes que le advirtieron en el nombre del SEÑOR, Dios de Israel, están escritos en Las crónicas de los reyes de Israel. 19 Su oración y la respuesta que recibió, al igual que todo lo que tiene que ver con su pecado e infidelidad, los lugares donde hizo santuarios sobre las colinas y donde colocó postes de Aserá y los ídolos que hizo antes de humillarse ante Dios, todo esto está escrito en Las crónicas de los videntes[a]. 20 Manasés murió y fue sepultado en su palacio, con sus antepasados. Su hijo Amón reinó en su lugar.

Amón, rey de Judá

(2 R 21:19-26)

21 Amón tenía 22 años cuando comenzó a reinar, y gobernó dos años en Jerusalén. 22 Amón hizo las mismas maldades ante el SEÑOR como había hecho su papá Manasés. Ofreció sacrificios a los mismos ídolos que su papá había hecho y los adoró. 23 Pero, a diferencia de su papá, Amón no se humilló ante el SEÑOR, y por eso multiplicó sus pecados.

24 Los funcionarios de Amón tramaron una conspiración en su contra y lo mataron dentro de su propia casa, 25 pero la gente del pueblo mató a los funcionarios que participaron en la conspiración contra el rey Amón y en su lugar pusieron como rey a su hijo Josías.

Footnotes

  1. 33:19 los videntes Textualmente Jozay.