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Ezequías hizo lo que le agradaba al SEÑOR, tal como hizo su antepasado David. Destruyó los santuarios sobre las colinas, rompió los monumentos de adoración y cortó los postes de Aserá. Ezequías rompió en pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, pues los israelitas le quemaban incienso y la llamaban Nejustán[a].

Ezequías confiaba en el SEÑOR, Dios de Israel. No hubo nadie como él entre todos los reyes de Judá antes o después de él.

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Footnotes

  1. 18:4 Nejustán Este nombre en hebreo suena como las palabras hebreas bronce y serpiente.