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Y exclamé:

―¡Detente, Señor mi Dios, te lo ruego! ¿Cómo sobrevivirá Jacob, si es tan pequeño?

Entonces el Señor se compadeció y dijo:

―Esto tampoco va a suceder.

El Señor me mostró otra visión: Estaba él de pie junto a un muro construido a plomo, y tenía una cuerda de plomada en la mano.

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