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26 ¡Dichoso el esposo de una mujer buena:
vivirá el doble!
Una mujer ejemplar hace prosperar a su marido
y le alegra los años de su vida.
¡Qué buena suerte es encontrar una buena mujer!
Es un regalo que Dios da a quienes lo respetan.
Sea rico o pobre, estará contento
y siempre tendrá la cara alegre.

Hay tres cosas que me asustan
y una cuarta que me da mucho miedo:
chismes en la ciudad, tumulto de la gente y calumnia;
son cosas peores que la muerte.
Pero una mujer celosa de otra es un sufrimiento terrible;
su lengua es como un látigo que a todo mundo hiere.
Una mujer malvada es como un yugo flojo;
tocarla es como agarrar un alacrán.
Una mujer borracha es una molestia terrible,
y quedará públicamente en vergüenza.
La mujer seductora mira con atrevimiento;
en sus ojos se lee lo que es.
10 Vigila estrictamente a una hija descarada;
no sea que, teniendo mucha libertad, se aproveche de ella.
11 Vigila sus miradas desvergonzadas
y no te sorprendas si te falta al respeto.
12 Ella abre la boca como viajero sediento
y bebe de cualquier agua que encuentra;
se ofrece a cualquier hombre
y abre su aljaba a cualquier flecha.

13 El encanto de la mujer alegra a su esposo,
y si es sensata, lo hace prosperar.
14 Una mujer discreta es un regalo del Señor;
una persona educada no tiene precio.
15 Una mujer modesta es el mayor encanto;
nada vale tanto como una persona reservada.
16 Como el sol que brilla en lo alto del cielo,
así es la mujer hermosa en un hogar bien cuidado.
17 Como lámpara que alumbra en el candelabro del templo
es un rostro hermoso en un cuerpo bien formado,
18 y como columnas de oro sobre bases de plata
son unas piernas hermosas sobre pies bien firmes.

Cosas desagradables

28 Hay dos cosas que me dan tristeza
y una tercera que me hace enojar:
un rico que ha quedado en la miseria,
hombres inteligentes tratados con desprecio
y uno que pasa de la virtud al vicio.
A éste, el Señor lo entregará a la muerte.

Honradez y falta de honradez

29 ¡Qué difícil para el comerciante es estar libre de culpa,
y para el negociante no tener pecado!