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El pueblo confiesa sus pecados

10 Mientras Esdras oraba, hacía esa confesión y lloraba inclinado ante el templo de Dios, un gran grupo de gente de Israel, hombres, mujeres y niños se reunieron a su alrededor. Ellos también lloraban amargamente. Entonces Secanías hijo de Jehiel, uno de los descendientes de Elam, le habló a Esdras y le dijo: «No hemos sido fieles a nuestro Dios. Nos hemos casado con gente de pueblos vecinos. Pero aun así, todavía hay esperanza para Israel.

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