Ester 7:7-9
Nueva Versión Internacional
7 El rey se levantó enfurecido, dejó de beber y salió al jardín del palacio. Pero Amán, dándose cuenta de que el rey ya había decidido su fin, se quedó para implorarle a la reina Ester que le perdonara la vida.
8 Cuando el rey volvió del jardín del palacio a la sala del banquete, Amán estaba inclinado sobre el sofá donde Ester estaba recostada. Al ver esto, el rey exclamó:
—¡Y todavía se atreve este a violar a la reina en mi presencia y en mi casa!
Tan pronto como el rey pronunció estas palabras, cubrieron el rostro de Amán. 9 Y Jarboná, uno de los eunucos que atendían al rey, dijo:
—Hay una horca de cincuenta codos[a] de altura, junto a la casa de Amán. Él mandó colocarla para Mardoqueo, el que intervino en favor del rey.
—¡Cuélguenlo en ella! —ordenó el rey.
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- 7:9 Es decir, aprox. 23 m.
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