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Segundo mensaje de Hageo

El día veintiuno del mes de Etanim,[a] Dios le dio al profeta Hageo este mensaje para Zorobabel, Josué y el resto del pueblo:

«Todavía hay entre ustedes
algunos que conocieron mi templo anterior.
¿Qué les parece el templo de ahora?
¿Verdad que es muy poca cosa,
si lo comparamos con el primero?
Pero yo soy el Dios de Israel
y estoy contigo, Zorobabel,
con Josué y con todo el pueblo;
¡anímense y pongan manos a la obra!
Cuando ustedes salieron de Egipto,
yo les prometí que los acompañaría;
y así ha sido siempre:
¡mi espíritu los acompaña!
Por eso, no tengan miedo.

6-8 »Yo soy el Dios de Israel,
y dentro de poco tiempo
haré temblar el cielo y la tierra;
¡sacudiré el mar y la tierra firme!
Haré que tiemblen todas las naciones;
haré que me traigan todas sus riquezas
para llenar con ellas mi templo,
pues la plata y el oro me pertenecen.
La grandeza de este segundo templo
será mayor que la del primero,
y en él se vivirá en paz.
Yo soy el Dios de Israel,
y juro que así lo haré».

Promesa de Dios

10-11 También durante el segundo año del gobierno de Darío, rey de Persia, Dios le ordenó al profeta Hageo que les hiciera unas preguntas a los sacerdotes. Esto sucedió el día veinticuatro del mes de Quislev.[b] Hageo les hizo estas preguntas:

12 —Supongamos que alguien aparta un trozo de carne para presentarlo como ofrenda a Dios. Luego lo pone en su manto para llevarlo al templo. Supongamos también que la capa de esa persona toca sin querer algún otro alimento. ¿Bastará eso para que también ese alimento sea considerado una ofrenda para Dios?

Todos los sacerdotes contestaron:

—¡Por supuesto que no!

13 Entonces Hageo les hizo otra pregunta:

—Supongamos ahora que alguien toca un cadáver, y que por tocarlo se contamina y ya no puede adorar a Dios. Si esa persona toca algún alimento, ¿acaso también ese alimento se contamina y tampoco sirve para adorar a Dios?

Todos los sacerdotes contestaron:

—¡Por supuesto que sí!

14 Entonces Hageo les dijo:

—Ahora escuchen lo que nuestro Dios les dice:

“Algo parecido pasa con ustedes. Todo lo que hacen y todo lo que me ofrecen está contaminado y no me agrada. 15 Ahora pónganse a pensar en lo que les pasaba antes de que comenzaran a reconstruir mi templo: 16 Antes de eso, ustedes esperaban cosechar veinte sacos de trigo y cosechaban solamente diez; esperaban que sus viñas dieran cincuenta barriles de vino y daban solamente veinte. 17 Esto les sucedía porque yo enviaba plagas y granizo para destruir el fruto de su trabajo. A pesar de todo, ustedes no quisieron obedecerme. Yo, el Dios de Israel, les juro que así fue.

18 ”Pero hoy, que es el veinticuatro de Quislev, ustedes han puesto los cimientos de mi templo. Presten mucha atención, porque a partir de hoy todo será diferente. 19 Ustedes todavía no tienen trigo en sus graneros, ni hay uvas en sus viñas, ni frutos en sus árboles, pero a partir de hoy voy a bendecirlos”.

Promesas para los últimos días

20 Ese mismo día, Dios le dio al profeta Hageo este mensaje:

21 «Zorobabel es el gobernador de Judá, pero ve a decirle de mi parte que yo voy a hacer temblar el cielo y la tierra. 22 Voy a acabar con el poder de los reyes; pondré fin a su reinado, destruiré sus carros de guerra y sus caballos, y los jinetes se matarán unos a otros. 23 Pero yo he elegido a Zorobabel, y cuando llegue ese día lo tomaré y le daré toda mi autoridad. Yo soy el Dios de Israel, y juro que así lo haré».

Footnotes

  1. Hageo 2:1 Etanim: Séptimo mes del calendario lunar judío. En nuestro calendario solar corresponde al período que va de mediados de septiembre a mediados de octubre.
  2. Hageo 2:10 Quislev: Noveno mes del calendario lunar judío. En nuestro calendario solar corresponde al período que va de mediados de noviembre a mediados de diciembre.

La gloria del nuevo templo

En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: Habla ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo: ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera,(A) y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos? Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos. Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros,(B) no temáis. Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra,(C) el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

La infidelidad del pueblo es reprendida

10 A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: 11 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: 12 Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No. 13 Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto(D) tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será. 14 Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo. 15 Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová. 16 Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había veinte. 17 Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová. 18 Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón. 19 ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.

Promesa de Jehová a Zorobabel

20 Vino por segunda vez palabra de Jehová a Hageo, a los veinticuatro días del mismo mes, diciendo: 21 Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra; 22 y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; trastornaré los carros y los que en ellos suben, y vendrán abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano. 23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.