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Contra Jerusalén

22 Oráculo del valle de la Visión:
¿Qué te pasa que subes
en masa a las terrazas,
llena de jolgorio,
ciudad bulliciosa,
villa bullanguera?
Tus heridos no son de espada,
tus muertos no son de guerra.
Tus jefes huyeron en bloque,
los capturaron sin haber disparado;
tus valientes eran apresados
aunque habían huido lejos.
Por eso digo: “Dejadme en paz.
Lloraré hasta la amargura.
No insistáis en consolarme
del desastre de mi pueblo”.
Un día de espanto y desconcierto
envía Dios, el Señor del universo:
en el valle de la Visión
se agrieta la muralla,
gritos de angustia
se elevan a los montes.
Elam apresta su aljaba,
envía carros y jinetes;
Quir desnuda su escudo.
Tus hermosos valles
están llenos de carros,
los jinetes apostados
enfrente de las puertas;
Judá está sin defensas.
Aquel día pasabais revista
a las armas en la Casa del Bosque,
cuando visteis las grietas numerosas
en los muros de la ciudad de David.
Recogisteis el agua
de la alberca de abajo;
10 calculasteis el número
de las casas de Jerusalén,
derruisteis viviendas
por reforzar los muros;
11 hicisteis un depósito
entre muralla y muralla,
para recoger el agua
de la alberca vieja.
Pero no mirasteis a quien lo había hecho,
no visteis a quien ya lo tenía dispuesto.
12 Aquel día Dios, el Señor del universo,
convocaba al llanto y al duelo,
a afeitaros la cabeza,
a vestiros de sayal.
13 Ahora, en cambio, fiesta y alegría:
a matar novillos y corderos,
a hartaros de carne y de vino:
“Comamos y bebamos,
que mañana moriremos”.
14 Pero Dios, Señor del universo,
me ha revelado personalmente
que este pecado no será expiado;
seguiréis así hasta que muráis
lo ha dicho el Señor del universo.

Contra el administrador Sebna

15 Así ha dicho Dios, Señor del universo:
Vete y di al administrador,
a Sebna, el jefe de palacio:
16 ¿Qué o a quién tienes aquí
para labrarte aquí un sepulcro,
excavarte en lo alto una tumba,
abrirte un panteón en la roca?
17 Verás: el Señor te va a zarandear
con toda fuerza, gran hombre;
te hará un fardo bien atado,
18 te hará rodar como una bola
hasta un país ancho y llano.
¡Allí morirás, allí acabarán
tus espléndidas carrozas,
vergüenza del palacio de tu señor!
19 Te echaré de tu puesto,
te quitaré de tu cargo.
20 Aquel día llamaré a mi siervo,
a Eliaquín, hijo de Jelcías.
21 Lo vestiré con tu túnica,
le ceñiré tu fajín,
le entregaré tus poderes.
Será lo mismo que un padre
para la gente de Jerusalén,
para la casa de Judá.
22 Pondré sobre su hombro
la llave de la casa de David:
si abre, nadie cerrará,
si cierra, nadie abrirá.
23 Lo hincaré como estaca en lugar firme,
será trono de gloria para la casa paterna.

24 De él dependerá la gloria de su casa paterna: sus vástagos y hojas; de él penderá toda la vajilla menor: de cuencos a jarras. 25 Aquel día —oráculo del Señor del universo— cederá la estaca hincada en lugar firme, y la carga que soportaba se soltará, caerá y se romperá. Lo ha dicho el Señor.

Profecía sobre el valle de la visión

22 Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados? Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra. Todos tus príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque habían huido lejos. Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo.

Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte. Y Elam tomó aljaba, con carros y con jinetes, y Kir sacó el escudo. Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta. Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque. Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo. 10 Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro. 11 Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró.

12 Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; 13 y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.(A) 14 Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

Sebna será sustituido por Eliaquim

15 Jehová de los ejércitos dice así: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile: 16 ¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes aquí, que labraste aquí sepulcro para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para sí morada en una peña? 17 He aquí que Jehová te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro. 18 Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh vergüenza de la casa de tu señor. 19 Y te arrojaré de tu lugar, y de tu puesto te empujaré. 20 En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilcías, 21 y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. 22 Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.(B) 23 Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre. 24 Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros. 25 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado; será quebrado y caerá, y la carga que sobre él se puso se echará a perder; porque Jehová habló.