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Líderes honestos y justos

32 Fíjense[a], un rey deberá reinar con honestidad y lealtad a su pueblo
    y sus ministros deben gobernar con justicia.
Cada uno será como un refugio contra el viento,
    como un lugar seguro contra la tormenta,
como ríos en un sitio seco,
    como la sombra de una roca grande en un lugar desértico.

Aquellos que pueden ver no cerrarán los ojos.
    Aquellos que pueden oír pondrán atención.
Los impulsivos aprenderán a pensar antes de actuar.
    Los que tartamudean hablarán claro y fluido.
Los indignos no serán llamados honorables,
    y los perversos no serán considerados gente respetable.
Porque los canallas hablan canalladas
    y su mente planea maldades,
actúan en mala forma
    y hablan falsedades acerca del SEÑOR
para dejar sin alimento al que tiene hambre
    y sin qué beber al que tiene sed.
Las armas del perverso son perversas.
    Prepara planes inicuos para destruir con mentiras al pobre,
    aun cuando el necesitado tenga razón.
Pero la gente honesta hace planes honestos
    y se afirma en ellos.

Advertencia a las mujeres faltas de juicio

Levántense y escúchenme,
    mujeres descuidadas.
Ustedes que están tan confiadas,
    oigan lo que les voy a decir.
10 En poco más de un año,
    temblarán de miedo,
    ustedes que están tan confiadas.
La cosecha será un fracaso
    y producirá nada.
11 Tiemblen ustedes, mujeres descuidadas.
    Estremézcanse ustedes,
    las que se sienten tan seguras.
Quítense su ropa
    y vístanse de luto.
12 Golpéense el pecho de dolor
    por lo que les sucedió a los campos
    y a los viñedos fértiles;
13 por la tierra de mi pueblo
    cubierta de espinos y matorrales;
    por las casas alegres de la ciudad festiva.
14 El palacio será abandonado
    y la ciudad superpoblada quedará desierta.
La ciudadela[b] y la torre de vigilancia
    quedarán convertidas en guarida de animales para siempre.
Los asnos salvajes se sentirán bien allí
    y las ovejas irán allí a pacer.

15 Esto sucederá hasta que sea derramado
    sobre nosotros el Espíritu de lo alto.
Entonces el desierto se convertirá en tierra de cultivo[c],
    y la tierra de cultivo se convertirá en bosque.
16 En todo el país reinará
    la justicia y la honestidad.[d]
17 La justicia traerá para siempre
    paz y seguridad.
18 Mi pueblo habitará en un hogar pacífico, en viviendas seguras
    y en tranquilos lugares de descanso.
19 El bosque será totalmente destruido,
    y la ciudad completamente humillada.
20 Qué afortunados son ustedes,
    los que siembran al lado de toda quebrada
    y dejan sueltos al ganado y a los asnos.

Footnotes

  1. 32:1 Fíjense o Si.
  2. 32:14 ciudadela Puede referirse al sitio en que estaba la Jerusalén antigua, a la cual se le había dado en hebreo el nombre propio de Ofel.
  3. 32:15 tierra de cultivo o el monte Carmelo.
  4. 32:16 o La justicia reinará en el desierto, y la honestidad en el campo fértil.

El Rey justo

32 He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio. Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente. El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido. Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento. Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre. Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.

Advertencia a las mujeres de Jerusalén

Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón. 10 De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá. 11 Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio. 12 Golpeándose el pecho lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil. 13 Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría. 14 Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada; 15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque. 16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. 17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. 18 Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo. 19 Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida. 20 Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey y al asno.