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28 Su aliento es como río desbordado
    que llega hasta el cuello,
para zarandear a las naciones
    en la zaranda de la destrucción.
Coloca en las quijadas de los pueblos
    un freno que los hace desviarse.

29 Ustedes cantarán una canción
    como hacen en las noches que se celebra una fiesta.
Estarán llenos de alegría
    como quien al son de la flauta va hacia el monte del SEÑOR,
    la roca de Israel.
30 El SEÑOR hará que todos oigan su voz majestuosa
    y observen su brazo poderoso bajando con gran furia,
y una llama de fuego destructor,
    como un rayo con abundante lluvia y granizo.

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