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Entonces dijeron los oficiales al rey: «Den muerte ahora a este hombre(A), porque él desanima a[a] los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a[b] todo el pueblo diciéndoles tales palabras(B). Este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal(C)».

El rey Sedequías dijo: «Él está en sus manos; pues el rey nada puede hacer contra ustedes(D)». Entonces ellos tomaron a Jeremías, y bajándolo con cuerdas lo echaron en la cisterna de Malaquías, hijo del rey, que había en el patio de la guardia(E). En la cisterna no había agua, sino lodo, así que Jeremías se hundió en el lodo(F).

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Footnotes

  1. Jeremías 38:4 Lit. debilita las manos de.
  2. Jeremías 38:4 Lit. las manos de.

Y dijeron los príncipes al rey: Muera ahora este hombre; porque de esta manera hace desmayar las manos de los hombres de guerra que han quedado en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, hablándoles tales palabras; porque este hombre no busca la paz de este pueblo, sino el mal. Y dijo el rey Sedequías: He aquí que él está en vuestras manos; pues el rey nada puede hacer contra vosotros. Entonces tomaron ellos a Jeremías y lo hicieron echar en la cisterna de Malquías hijo de Hamelec, que estaba en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la cisterna no había agua, sino cieno, y se hundió Jeremías en el cieno.

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27 Luego vinieron todos los oficiales a Jeremías y lo interrogaron. Y él les informó conforme a todas estas palabras que el rey le había ordenado; y no volvieron a preguntarle, ya que de la conversación nadie había oído nada.

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27 Y vinieron luego todos los príncipes a Jeremías, y le preguntaron; y él les respondió conforme a todo lo que el rey le había mandado. Con esto se alejaron de él, porque el asunto no se había oído.

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