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La conquista de Jericó

Pero Jericó estaba muy bien cerrada a causa de los hijos de Israel; nadie salía ni entraba. Y el Señor dijo a Josué: Mira, he entregado en tu mano a Jericó y a su rey(A) con sus valientes guerreros. Marcharéis alrededor de la ciudad todos los hombres de guerra rodeando la ciudad una vez. Así lo harás por seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuerno de carnero(B) delante del arca; y al séptimo día marcharéis alrededor de la ciudad siete veces, y los sacerdotes tocarán las trompetas. Y sucederá que cuando toquen un sonido prolongado con el cuerno de carnero, y cuando oigáis el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y la muralla de la ciudad se vendrá abajo[a]; entonces el pueblo subirá, cada hombre derecho hacia adelante[b].

Y Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes, y les dijo: Tomad el arca del pacto, y que siete sacerdotes lleven siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca del Señor. Entonces dijo[c] al pueblo: Pasad, y marchad alrededor de la ciudad, y que los hombres armados vayan delante del arca del Señor. Y sucedió que después que Josué había hablado al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del Señor, se adelantaron y tocaron las trompetas; y el arca del pacto del Señor los seguía. Los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas, y la retaguardia(C) iba detrás del arca, mientras ellos continuaban tocando las trompetas(D). 10 Pero Josué dio órdenes al pueblo, diciendo: No gritaréis ni dejaréis oír vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: «¡Gritad!». Entonces gritaréis. 11 Así hizo que el arca del Señor fuera alrededor de la ciudad, rodeándola una vez; entonces volvieron al campamento, y pasaron la noche en el campamento.

12 Y Josué se levantó muy de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca del Señor. 13 Y los siete sacerdotes llevando las siete trompetas de cuerno de carnero iban delante del arca(E) del Señor, andando continuamente y tocando las trompetas; y los hombres armados iban delante de ellos y la retaguardia iba detrás del arca del Señor mientras ellos seguían tocando las trompetas(F). 14 Así marcharon una vez alrededor de la ciudad el segundo día y volvieron al campamento; así lo hicieron por seis días.

15 Al[d] séptimo día se levantaron temprano, al despuntar el día, y marcharon alrededor de la ciudad de la misma manera siete veces. Solo aquel día marcharon siete veces alrededor de la ciudad. 16 Y sucedió que, a la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué dijo al pueblo: ¡Gritad(G)! Pues el Señor os ha dado la ciudad. 17 Y la ciudad será dedicada al anatema(H), ella y todo lo que hay en ella pertenece al Señor(I); solo Rahab la ramera y[e] todos los que están en su casa vivirán, porque ella escondió a los mensajeros que enviamos. 18 Pero en cuanto a vosotros, guardaos ciertamente de las cosas dedicadas al anatema, no sea que las codiciéis[f] y tomando de las cosas del anatema, hagáis maldito el campamento de Israel y traigáis desgracia sobre él(J). 19 Mas toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, están consagrados al Señor; entrarán en el tesoro del Señor(K). 20 Entonces el pueblo gritó y los sacerdotes tocaron las trompetas; y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó a gran voz y la muralla se vino abajo[g](L), y el pueblo subió a la ciudad, cada hombre derecho hacia adelante[h], y tomaron la ciudad. 21 Y destruyeron por completo[i], a filo de espada, todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos(M).

22 Pero Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en la casa de la ramera, y sacad de allí a la mujer y todo lo que posea, tal como se lo jurasteis(N). 23 Entraron, pues, los jóvenes espías y sacaron a Rahab(O), a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que poseía; también sacaron a todos sus parientes, y los colocaron fuera del campamento de Israel. 24 Y prendieron fuego a la ciudad y a todo lo que en ella había(P). Solo pusieron en el tesoro de la casa[j] del Señor, la plata, el oro y los utensilios de bronce y de hierro. 25 Pero Josué dejó vivir a Rahab la ramera(Q), a la casa de su padre y todo lo que ella tenía; y ella ha habitado en medio de Israel hasta hoy, porque escondió a los mensajeros a quienes Josué había enviado a reconocer a Jericó(R).

26 Entonces Josué les hizo un juramento en aquel tiempo, diciendo: Maldito sea delante del Señor el hombre que se levante y reedifique esta ciudad de Jericó; con la pérdida de su primogénito echará su cimiento, y con la pérdida de su hijo menor colocará sus puertas(S). 27 Y el Señor estaba con Josué(T), y su fama se extendió[k] por toda la tierra(U).

Footnotes

  1. Josué 6:5 Lit., caerá en su lugar
  2. Josué 6:5 Lit., delante de sí
  3. Josué 6:7 O, dijeron
  4. Josué 6:15 Lit., Y sucedió en el
  5. Josué 6:17 Lit., ella y
  6. Josué 6:18 Lit., dediquéis
  7. Josué 6:20 Lit., cayó en su lugar
  8. Josué 6:20 Lit., delante de sí
  9. Josué 6:21 O, Y dedicaron al anatema
  10. Josué 6:24 I.e., del tabernáculo
  11. Josué 6:27 Lit., estaba

La toma de Jericó

Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante. Llamando, pues, Josué hijo de Nun a los sacerdotes, les dijo: Llevad el arca del pacto, y siete sacerdotes lleven bocinas de cuerno de carnero delante del arca de Jehová. Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de Jehová.

Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las bocinas; y el arca del pacto de Jehová los seguía. Y los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas sonaban continuamente. 10 Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis. 11 Así que él hizo que el arca de Jehová diera una vuelta alrededor de la ciudad, y volvieron luego al campamento, y allí pasaron la noche.

12 Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de Jehová. 13 Y los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, fueron delante del arca de Jehová, andando siempre y tocando las bocinas; y los hombres armados iban delante de ellos, y la retaguardia iba tras el arca de Jehová, mientras las bocinas tocaban continuamente. 14 Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día, y volvieron al campamento; y de esta manera hicieron durante seis días.

15 Al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces. 16 Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad. 17 Y será la ciudad anatema a Jehová, con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en casa con ella, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos. 18 Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis. 19 Mas toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean consagrados a Jehová, y entren en el tesoro de Jehová. 20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó.(A) El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. 21 Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos.

22 Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis. 23 Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel. 24 Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro. 25 Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó.(B)

26 En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas.(C)

27 Estaba, pues, Jehová con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra.