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18 El corazón de ellos clamaba al Señor:

Oh muro de la hija de Sión, echa lágrimas como un arroyo día y noche;

No descanses, ni cesen las niñas de tus ojos.

19 Levántate, da voces en la noche, en el principio de las velas;

Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor;

Alza tus manos á él por la vida de tus pequeñitos,

Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.

20 Mira, oh Jehová, y considera á quién has hecho así.

¿Han de comer las mujeres su fruto, los pequeñitos de sus crías?

¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta?

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