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Horrores del ataque a Jerusalén

En cada esquina de las calles
    hay joyas[a] tiradas en el suelo.
El oro cambió;
    ¡cómo ha perdido su brillo!

Los ciudadanos de Sion
    tan valiosos que valían su peso en oro,
pero ahora son considerados vasijas baratas
    hechas por un artesano ordinario.

Hasta las lobas amamantan a sus crías;
    dejan que se alimenten de su pecho.
Pero la hija de mi pueblo[b] se ha vuelto más cruel
    que el animal más salvaje del desierto.

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Footnotes

  1. 4:1 joyas El hebreo es oscuro.
  2. 4:3 hija de mi pueblo Aquí es una forma simbólica de referirse a las mujeres de Jerusalén.