Add parallel Print Page Options

Santidad de los sacerdotes y laicos (21—22)

De los sacerdotes en general

21 El Señor dijo a Moisés:

— Di a los sacerdotes descendientes de Aarón: Ningún sacerdote se expondrá a la impureza por causa de algún muerto de su parentela, excepto por un pariente cercano, sea su madre, su padre, su hijo o su hermano; o por una hermana suya que, siendo aún virgen, viva con él y esté sin desposarse; por una hermana así, sí puede contraer impureza. Pero no se expondrá a la impureza por causa de una hermana casada; en este caso no debe contaminarse. No se raparán la cabeza, ni se cortarán los bordes de la barba, ni se harán incisiones en el cuerpo. Serán santos para su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, porque son ellos los que presentan las ofrendas al Señor y los alimentos para su Dios; por tanto, serán santos.

No tomarán por esposa a una prostituta ni a una mujer deshonrada; tampoco se casarán con una mujer que haya sido repudiada por su marido; porque el sacerdote está consagrado a su Dios. Lo considerarás algo santo, pues él es quien ofrece el alimento para tu Dios. Considéralo santo porque yo, el Señor que los santifico, soy santo.

Si la hija de un sacerdote se dedica a la prostitución, deshonra a su padre y deberá ser quemada en la hoguera.

El sumo sacerdote

10 El sumo sacerdote, destacado entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras sagradas, no llevará el pelo suelto ni rasgadas sus ropas; 11 no entrará en contacto con ningún cadáver, y ni siquiera por su padre o por su madre se contaminará de impureza. 12 No saldrá del santuario para no profanar así el santuario de su Dios, pues ha sido consagrado por el aceite de la unción de su Dios. Yo soy el Señor. 13 Tomará por esposa a una mujer virgen; 14 en ningún caso a una viuda, repudiada, deshonrada o prostituta, sino a una mujer virgen de entre su pueblo. 15 De este modo no profanará su descendencia entre su pueblo; porque yo, el Señor, soy el que lo santifico.

Condiciones para ejercer el sacerdocio

16 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

17 — Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus futuros descendientes que tenga algún defecto se acercará para ofrecer el alimento de su Dios. 18 Nadie con defecto podrá hacerlo: sea ciego, cojo o con los miembros deformes o atrofiados; 19 o que sea lisiado de pies o de manos; 20 o jorobado o enano o enfermo de los ojos; o que tenga sarna, tiña o los testículos dañados. 21 Ningún descendiente del sacerdote Aarón, que tenga algún defecto, se acercará para presentar las ofrendas al Señor; si tiene un defecto, no podrá acercarse a hacer ofrendas de alimentos a su Dios. 22 Podrá comer de las ofrendas de alimentos hechas a Dios, aunque sean sagradas, 23 pero no podrá pasar detrás del velo, ni se acercará al altar, pues tiene un defecto y profanaría mis lugares santos. Yo, el Señor, soy el que los santifico.

24 Esto fue lo que dijo Moisés a Aarón, a sus hijos y a todos los israelitas.

Santidad de los sacerdotes

21 Jehová dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por un muerto en sus pueblos. Mas por su pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por su hermano, o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido, por ella se contaminará. No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose inmundo. No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños.(A) Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos. Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios. Le santificarás, por tanto, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo soy yo Jehová que os santifico. Y la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre deshonra; quemada será al fuego.

10 Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus vestidos, 11 ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se contaminará. 12 Ni saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios; porque la consagración por el aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo Jehová. 13 Tomará por esposa a una mujer virgen. 14 No tomará viuda, ni repudiada, ni infame, ni ramera, sino tomará de su pueblo una virgen por mujer, 15 para que no profane su descendencia en sus pueblos; porque yo Jehová soy el que los santifico.

16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 17 Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por sus generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios. 18 Porque ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, 19 o varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano, 20 o jorobado, o enano, o que tenga nube en el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado. 21 Ningún varón de la descendencia del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios. 22 Del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santificadas, podrá comer. 23 Pero no se acercará tras el velo, ni se acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; para que no profane mi santuario, porque yo Jehová soy el que los santifico. 24 Y Moisés habló esto a Aarón, y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel.