Mateo 9:18-26
Palabra de Dios para Todos
La hija de Jairo y la mujer enferma
(Mr 5:21-43; Lc 8:40-56)
18 Mientras Jesús les estaba diciendo esto, vino un dirigente de la sinagoga, se arrodilló ante él y le dijo:
—Mi hija acaba de morir, pero si tú vienes y colocas tu mano sobre ella, volverá a vivir.
19 Jesús se levantó y junto con sus seguidores se fue con él. 20 Entonces una mujer que llevaba doce años sufriendo de flujos de sangre, se le acercó a Jesús por detrás y le tocó el borde de su manto. 21 La mujer hizo esto porque pensaba: «Si alcanzo a tocar un pedazo de su manto, quedaré sana». 22 Jesús se dio la vuelta, la vio y dijo:
—¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado.
Desde entonces la mujer quedó sana.
23 Cuando Jesús llegó a la casa del dirigente de la sinagoga, vio a los flautistas preparados para el funeral y a la multitud alborotada, y 24 les dijo:
—Sálganse todos. La niña no está muerta, está dormida.
Pero la gente empezó a burlarse de él. 25 Después de que sacaron a toda la gente de la casa, Jesús entró al cuarto de la niña, la tomó de la mano y ella se levantó. 26 La noticia corrió rápidamente por toda la región.
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