Add parallel Print Page Options

Entonces el SEÑOR envió entre el pueblo serpientes ardientes, las cuales mordían al pueblo, y murió mucha gente de Israel. Y el pueblo fue a Moisés diciendo:

—Hemos pecado al haber hablado contra el SEÑOR y contra ti. Ruega al SEÑOR que quite de nosotros las serpientes.

Y Moisés oró por el pueblo. Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—Hazte una serpiente ardiente y ponla sobre un asta. Y sucederá que cualquiera que sea mordido y la mire, vivirá.

Read full chapter