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34 ―He pecado —confesó Balán—. No me di cuenta que estabas allí. Regresaré a casa si no quieres que siga adelante.

35 El ángel le dijo:

―Ve con esos hombres, pero hablarás solamente lo que yo te diga.

Balán, siguió con ellos.

36 Cuando el rey Balac oyó que Balán se acercaba, salió de la capital y se dirigió a encontrarlo en el río Arnón, en la frontera de su tierra.

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