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»Dios lo sacó de Egipto,
y le infundió las fuerzas de un búfalo.
Devorará a las naciones enemigas,
les desmenuzará los huesos,
y las traspasará con sus saetas.
Se pone al acecho, como un león;
se agazapa como leona: ¿quién lo azuzará?(A)
¡Benditos sean quienes lo bendigan!
¡Malditos sean quienes lo maldigan!»(B)

Profecía de Balaam

10 En ese instante la ira de Balac se encendió contra Balaam, y agitando las manos le dijo:

«Yo te hice venir para que maldijeras a mis enemigos, ¡y ya van tres veces que los bendices!

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