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»¡Un destructor avanza contra ti!
¡Monta guardia en la fortaleza!
¡Vigila el camino!
¡Cíñete la cintura!
¡Reúne todas tus fuerzas!
Porque Jehová restaurará la gloria de Jacob,
así como la gloria de Israel,
porque saqueadores los saquearon
y estropearon sus sarmientos.
El escudo de sus valientes está enrojecido,
los hombres de su ejército visten de grana,
el carro flamea como fuego de antorchas;
el día que se prepare,
temblarán los cipreses.
Los carros se precipitan a las plazas,
con estruendo ruedan por las calles;
su aspecto es como de antorchas encendidas,
corren como relámpagos.
Se convoca a los valientes,
se atropellan en su marcha,
se apresuran hacia el muro
donde se prepara la defensa.
Las puertas de los ríos se abren
y el palacio es destruido.
Llevan cautiva a la reina,
le ordenan que suba,
y sus criadas la llevan
gimiendo como palomas,
golpeándose sus pechos.
Nínive es como un estanque
cuyas aguas se escapan.
Gritan: “¡Deteneos, deteneos!”,
pero ninguno mira.
¡Saquead plata, saquead oro!
¡Hay riquezas sin fin,
y toda clase de objetos suntuosos y codiciables!

10 »Vacía, agotada y desolada está,
su corazón desfallece,
le tiemblan las rodillas,
tiene dolor en las entrañas;
los rostros están demudados.
11 ¿Qué queda de la cueva de los leones
y de la guarida de los cachorros de los leones,
donde se recogían el león y la leona,
y los cachorros del león,
y no había quien los espantara?
12 El león arrebataba en abundancia
para sus cachorros,
y despedazaba para sus leonas,
llenaba de presas sus cavernas,
y de robo sus guaridas.»

13 «¡Aquí estoy contra ti!,
dice Jehová de los ejércitos.
Quemaré y reduciré a humo tus carros,
y la espada devorará tus leoncillos;
acabaré con el robo en tu tierra
y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros.

Subió destruidor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder. Porque Jehová restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque saqueadores los saquearon, y estropearon sus mugrones.

El escudo de sus valientes estará enrojecido, los varones de su ejército vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas; el día que se prepare, temblarán las hayas. Los carros se precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las calles; su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos. Se acordará él de sus valientes; se atropellarán en su marcha; se apresurarán a su muro, y la defensa se preparará. Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido. Y la reina será cautiva; mandarán que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas, golpeándose sus pechos. Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: ¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira. Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables.

10 Vacía, agotada y desolada está, y el corazón desfallecido; temblor de rodillas, dolor en las entrañas, rostros demudados. 11 ¿Qué es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recogía el león y la leona, y los cachorros del león, y no había quien los espantase? 12 El león arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas.

Destrucción total de Nínive

13 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y cortaré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros.