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Israel no adora a falsos dioses

15 Tú, Dios nuestro, eres bueno y fiel,
eres paciente y todo lo gobiernas con misericordia.
Aunque pequemos, somos tuyos y reconocemos tu poder;
pero no pecaremos, sabiendo que nos consideras tuyos.
Conocerte a ti es rectitud perfecta,
y reconocer tu poder es la raíz de la inmortalidad.
Pues no nos hemos dejado engañar
por esos ídolos inventados por la habilidad perversa de los hombres
y por el infructuoso trabajo de los pintores,
cuya vista despierta pasiones en los hombres sin razón
que se entusiasman con la imagen sin vida de un ídolo muerto.
Tanto los que hacen ídolos
como los que los aman y les dan culto,
están enamorados del mal
y no merecen esperar nada mejor.

Ejemplo del alfarero

El alfarero, por ejemplo,
amasa laboriosamente el barro blando
y moldea cada vasija que necesitamos;
pero del mismo barro hace por igual
las que sirven para usos nobles
y las que sirven para otros usos;
es él, sin embargo, quien decide
cuál ha de servir para este o aquel uso.
Luego, dedicándose a una labor reprobable,
modela con el mismo barro un falso dios;
lo hace un hombre que ayer mismo nació de la tierra
y que pronto volverá a la tierra de donde fue sacado,
cuando tenga que entregar la vida que recibió prestada.
En vez de pensar en que tiene que morir
y en que su vida es corta,
hace competencia a los que trabajan el oro y la plata,
imita a los que labran el bronce
y se siente orgulloso de hacer falsificaciones.
10 Su corazón es como ceniza,
su esperanza, más despreciable que la tierra,
su vida vale menos que el barro,
11 porque no reconoció a Dios, que lo formó a él,
le infundió un alma activa
y le comunicó aliento de vida.
12 El alfarero pensó que la vida es un juego,
y la existencia, un mercado para obtener ganancias.
Dijo: «De todo, hasta del mal,
hay que valerse para hacer dinero.»
13 Este hombre, que hace con el mismo barro
lo mismo ídolos que vasijas que se rompen,
sabe mejor que nadie que comete una acción mala.

Error de los egipcios

14 Pero los más faltos de inteligencia
y peores que niños sin razón
fueron los enemigos que oprimieron a tu pueblo,
15 pues aceptaron como dioses
a todos los ídolos de las demás naciones,
ídolos que tienen ojos y no pueden ver,
que tienen narices y no pueden respirar,
que tienen oídos y no pueden oír,
que tienen dedos y no pueden tocar,
que tienen pies y no pueden caminar.
16 Ídolos hechos por los hombres,
formados por un ser con vida prestada,
pues ningún hombre es capaz de hacer un dios igual a él;
17 siendo mortal, sus manos pecadoras
sólo fabrican algo sin vida;
él vale más que los objetos que adora,
pues al menos él tiene vida, y ellos no.
18 Los egipcios adoran, además,
a los animales más repugnantes,
que, comparados con los demás,
resultan los más estúpidos;
19 no tienen belleza alguna que los haga atractivos,
como la tienen otros animales;
son animales que no recibieron
la aprobación y bendición de Dios.