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Dice en su corazón: No seré movido en ningún tiempo,

Ni jamás me alcanzará el infortunio.

Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude:

Debajo de su lengua, vejación y maldad.

Está en las guaridas de las aldeas:

En los escondrijos mata al inocente:

Sus ojos están acechando al pobre.

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