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Jehová Señor, fortaleza de mi salud,

Tú pusiste á cubierto mi cabeza el día de las armas.

No des, oh Jehová, al impío sus deseos;

No saques adelante su pensamiento, que no se ensoberbezca. (Selah.)

En cuanto á los que por todas partes me rodean,

La maldad de sus propios labios cubrirá su cabeza.

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