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Tu trono, oh Dios, es eterno
y para siempre;
cetro de justicia es el cetro de tu reino.
Has amado la justicia y aborrecido
la injusticia;
por eso te ha ungido Dios,
el Dios tuyo,
con aceite de gozo, más que a tus compañeros.
Mirra, áloe y casia exhalan todas tus vestiduras;
en palacios de marfil te han recreado los instrumentos de cuerda.

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