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Visión del sumo sacerdote Josué

Luego me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, mientras el Satán estaba a su mano derecha para acusarlo. Entonces dijo Jehová al Satán: «¡Jehová te reprenda, Satán! ¡Jehová, que ha escogido a Jerusalén, te reprenda! ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?» Josué, que estaba cubierto de vestiduras viles, permanecía en pie delante del ángel. Habló el ángel y ordenó a los que estaban delante de él: «Quitadle esas vestiduras viles.» Y a él dijo: «Mira que he quitado de ti tu pecado y te he hecho vestir de ropas de gala.» Después dijo: «Pongan un turbante limpio sobre su cabeza.» Pusieron un turbante limpio sobre su cabeza y lo vistieron de gala. Y el ángel de Jehová seguía en pie.

Después el ángel de Jehová amonestó a Josué diciéndole: «Así dice Jehová de los ejércitos:

»Si andas por mis caminos y si guardas mi ordenanza,
entonces tú gobernarás mi Casa y guardarás mis atrios,
y entre estos que aquí están te daré lugar.
Escucha pues, ahora, Josué, sumo sacerdote,
tú y tus amigos que se sientan delante de ti,
pues sois como una señal profética:
Yo traigo a mi siervo, el Renuevo.
Mirad la piedra que puse delante de Josué:
es única y tiene siete ojos.
Yo mismo grabaré su inscripción,
dice Jehová de los ejércitos,
y quitaré en un solo día el pecado de la tierra.
10 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos,
cada uno de vosotros convidará a su compañero,
debajo de su vid y debajo de su higuera.»