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Invasión de Senaquerib

13 (A)En el año catorce del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. 14 Entonces Ezequías, rey de Judá, envió a decir al rey de Asiria en Laquis: «He hecho lo malo(B). Retírate[a] de mí; lo que me impongas, aceptaré». Y el rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, 10.2 toneladas de plata y una tonelada de oro. 15 Y Ezequías le dio toda la plata que se hallaba en la casa del Señor y en los tesoros de la casa del rey(C). 16 En aquel tiempo Ezequías quitó el oro de las puertas del templo del Señor, y de los postes de las puertas que el mismo Ezequías, rey de Judá, había revestido de oro, y lo entregó al rey de Asiria.

17 Desde Laquis el rey de Asiria envió a Jerusalén, al Tartán(D), al Rabsaris y al Rabsaces[b] con un gran ejército contra el rey Ezequías. Y subieron y llegaron a Jerusalén. Y cuando subieron, llegaron y se colocaron junto al acueducto del estanque superior que está en la calzada del campo del Batanero[c](E). 18 Llamaron al rey, y salió a ellos Eliaquim, hijo de Hilcías(F), que era mayordomo, con el escriba Sebna(G) y el cronista Joa, hijo de Asaf.

19 Entonces el Rabsaces les dijo: «Digan ahora a Ezequías: “Así dice el gran rey, el rey de Asiria: ‘¿Qué confianza es esta que tú tienes(H)? 20 Tú dices (pero solo son palabras vanas): “Tengo consejo y poder para la guerra”. Pero ahora, ¿en quién confías que te has rebelado contra mí(I)? 21 Yo sé que tú confías en el báculo de esta caña quebrada, es decir, en Egipto(J), en el cual, si un hombre se apoya, penetrará en su mano y la traspasará. Así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él. 22 Pero si ustedes me dicen: “Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios”, ¿no es Él aquel cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado(K) y ha dicho a Judá y a Jerusalén: “Adorarán delante de este altar en Jerusalén”? 23 Ahora pues, te ruego que llegues a un acuerdo[d] con mi señor el rey de Asiria, y yo te daré 2,000 caballos, si por tu parte puedes poner jinetes sobre ellos. 24 ¿Cómo, pues, puedes rechazar a un oficial[e] de los menores de los siervos de mi señor, y confiar en Egipto para tener carros y hombres de a caballo? 25 ¿He subido ahora sin el consentimiento del Señor contra este lugar para destruirlo? El Señor me dijo: “Sube contra esta tierra y destrúyela”’”».

26 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: «Le rogamos que hable a sus siervos en arameo(L), porque nosotros lo entendemos[f], y no nos hable en la lengua de Judá[g] a oídos del pueblo que está sobre la muralla». 27 Pero el Rabsaces les dijo: «¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras solo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y beber su propia orina con ustedes?». 28 El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá, y dijo: «Escuchen la palabra del gran rey, el rey de Asiria. 29 Así dice el rey: “Que no los engañe Ezequías, porque él no los podrá librar de mi[h] mano(M); 30 ni que Ezequías les haga confiar en el Señor, diciendo: ‘Ciertamente el Señor nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria’. 31 No escuchen a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: ‘Hagan la paz conmigo[i] y salgan a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera, y beba(N) cada cual de las aguas de su cisterna, 32 hasta que yo venga y los lleve a una tierra como la tierra de ustedes, tierra de grano y de vino nuevo, tierra de pan y de viñas, tierra de olivos y de miel, para que vivan y no mueran(O)’.

Pero no escuchen a Ezequías porque los engaña, diciendo: ‘El Señor nos librará’. 33 ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria(P)? 34 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad(Q)? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, de Hena y de Iva(R)? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria de mi mano(S)? 35 ¿Quiénes de entre todos los dioses de estas tierras han librado su tierra de mi mano(T), para que el Señor libre a Jerusalén de mi mano?”». 36 Pero el pueblo se quedó callado y no le respondió palabra alguna, porque la orden del rey era: «No le respondan». 37 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías(U), mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados(V), y le relataron las palabras del Rabsaces.

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Footnotes

  1. 2 Reyes 18:14 Lit. Vuelve.
  2. 2 Reyes 18:17 I.e. oficiales de alto rango.
  3. 2 Reyes 18:17 O Lavandero.
  4. 2 Reyes 18:23 Lit. intercambies promesas.
  5. 2 Reyes 18:24 O gobernador.
  6. 2 Reyes 18:26 Lit. oímos.
  7. 2 Reyes 18:26 Lit. en judío; i.e. en hebreo, y así en el vers. 28.
  8. 2 Reyes 18:29 Así en algunas versiones antiguas; en heb. su.
  9. 2 Reyes 18:31 Lit. Hagan conmigo una bendición.

Invasión de Senaquerib

36 (A)Y aconteció que en el año catorce del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. El rey de Asiria envió desde Laquis a Jerusalén, al Rabsaces[a] con un gran[b] ejército, contra el rey Ezequías. Y se colocó junto al acueducto del estanque superior que está en la calzada del campo del Batanero[c](B). Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías(C), mayordomo de[d] la casa real, el escriba Sebna(D) y el cronista Joa, hijo de Asaf, salieron a recibirlo.

Y el Rabsaces les dijo: «Digan ahora a Ezequías: “Así dice el gran rey, el rey de Asiria: ‘¿Qué confianza es esta que tú tienes[e]? Yo digo[f]: “Tu consejo y poderío para la guerra solo son palabras vacías[g]”. Ahora pues, ¿en quién confías que te has rebelado contra mí(E)? Yo sé que tú confías en el báculo de esta caña quebrada, es decir, en Egipto, en el cual, si un hombre se apoya, penetrará en su mano[h] y la traspasará. Así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él(F). Pero si me dicen: “Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios”, ¿no es Él aquel cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado(G) y ha dicho a Judá y a Jerusalén: “Adoren delante de este altar”?

’Ahora pues, te ruego que llegues a un acuerdo[i] con mi señor el rey de Asiria, y yo te daré 2,000 caballos, si por tu parte puedes poner jinetes sobre ellos. ¿Cómo, pues, puedes rechazar a[j] un oficial[k] de los menores de los siervos de mi señor, y confiar[l] en Egipto para tener carros y hombres de a caballo(H)? 10 ¿He subido ahora sin el consentimiento del Señor contra esta tierra para destruirla? El Señor me dijo(I): “Sube contra esta tierra y destrúyela”’”».

11 Entonces Eliaquim, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: «Le rogamos que usted hable a sus siervos en arameo(J) porque nosotros lo entendemos[m], y no nos hable en la lengua de Judá[n](K) a oídos del pueblo que está sobre la muralla». 12 Pero el Rabsaces dijo: «¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras solo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con ustedes?».

13 El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá(L): «Escuchen las palabras del gran rey, el rey de Asiria. 14 Así dice el rey: “Que no los engañe(M) Ezequías, porque él no los podrá librar. 15 Que tampoco Ezequías los haga confiar en el Señor, diciendo: ‘Ciertamente el Señor nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria(N)’. 16 No escuchen a Ezequías”, porque así dice el rey de Asiria: “Hagan la paz conmigo[o] y salgan a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera(O), y beba cada cual de las aguas de su cisterna(P), 17 hasta que yo venga y los lleve a una tierra como su tierra, tierra de grano y de vino nuevo, tierra de pan y de viñas. 18 Cuidado, no sea que Ezequías los engañe, diciendo: ‘El Señor nos librará(Q)’. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? 19 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad(R)? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim(S)? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria(T) de mi mano? 20 ¿Quiénes de entre todos los dioses de estas tierras han librado su tierra de mi mano(U), para que el Señor(V) libre a Jerusalén de mi mano?”».

21 Pero ellos se quedaron callados y no le respondieron palabra alguna(W); porque el rey había dado un mandato al pueblo diciéndole: «No le respondan». 22 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías(X), mayordomo de la casa real, el escriba Sebna(Y) y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.

Footnotes

  1. Isaías 36:2 I.e. copero mayor.
  2. Isaías 36:2 Lit. pesado.
  3. Isaías 36:2 O del Lavandero.
  4. Isaías 36:3 O que estaba sobre.
  5. Isaías 36:4 Lit. en que confías.
  6. Isaías 36:5 Los M.M.M., otros mss. y 2Rey. 18:20 dicen: Tú dices.
  7. Isaías 36:5 Lit. palabra de los labios.
  8. Isaías 36:6 Lit. palma.
  9. Isaías 36:8 Lit. intercambies promesas.
  10. Isaías 36:9 Lit. volver el rostro de.
  11. Isaías 36:9 O gobernador.
  12. Isaías 36:9 Lit. confiar para ti mismo.
  13. Isaías 36:11 Lit. oímos.
  14. Isaías 36:11 Lit. judío; i.e. Hebreo; y así en el vers. 13.
  15. Isaías 36:16 Lit. Hagan conmigo una bendición.

Invasión de Senaquerib

32 (A)Después de estos actos de[a] fidelidad, Senaquerib, rey de Asiria, vino e invadió a Judá y sitió las ciudades fortificadas, y mandó conquistarlas[b] para sí. Cuando Ezequías vio que Senaquerib había venido y que se proponía hacer[c] guerra contra Jerusalén, decidió con sus oficiales y guerreros cortar el agua de las fuentes que estaban fuera de la ciudad, y ellos lo ayudaron. Y se reunió mucha gente y cegaron todas las fuentes(B) y el arroyo que fluía por la región[d](C), diciendo: «¿Por qué han de venir los reyes de Asiria y hallar tanta agua?». Y Ezequías cobró ánimo y reedificó toda la muralla que había sido derribada(D) y levantó torres en ella[e], edificó otra muralla exterior(E), fortificó el Milo(F) en la ciudad de David, e hizo armas arrojadizas y escudos en gran cantidad. Puso también oficiales militares sobre el pueblo, los reunió a su lado en la plaza a la puerta de la ciudad y les habló dándoles ánimo[f](G): «Sean fuertes y valientes; no teman ni se acobarden(H) a causa del rey de Asiria, ni a causa de toda la multitud que está con él, porque el que está con nosotros es más poderoso que el que está con él(I). Con él está solo un brazo de carne(J), pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas(K)». Y el pueblo confió en las palabras de Ezequías, rey de Judá.

Después de esto, mientras Senaquerib, rey de Asiria, estaba sitiando[g] Laquis con todas sus fuerzas, envió a sus siervos a Jerusalén, a decirle a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén(L): 10 «Así dice Senaquerib, rey de Asiria: “¿En qué están ustedes confiando para que permanezcan bajo sitio en Jerusalén? 11 ¿No los engaña Ezequías para entregarlos a morir de hambre y de sed, diciéndoles: ‘El Señor nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria?’. 12 ¿Acaso no es el mismo Ezequías el que ha quitado Sus lugares altos y Sus altares(M), y ha dicho a Judá y a Jerusalén: ‘Delante de un solo altar ustedes adorarán, y sobre él quemarán incienso?’. 13 (N)¿No saben lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de estas[h] tierras? ¿Pudieron los dioses de las naciones de las tierras librar su tierra de mi mano? 14 ¿Quién de entre todos los dioses de aquellas naciones que mis padres destruyeron completamente pudo librar a su pueblo de mi mano, para que el Dios de ustedes pueda librarlos de mi mano(O)? 15 Ahora pues, no dejen que Ezequías los engañe y los extravíe en esta forma. No crean en él, porque ningún dios de ninguna nación ni reino pudo librar a su pueblo de mi mano ni de la mano de mis padres. ¡Cuánto menos los librará de mi mano el Dios de ustedes(P)!”».

16 Y los siervos de Senaquerib hablaron aún más contra el Señor Dios y contra su siervo Ezequías. 17 También Senaquerib escribió cartas para insultar al Señor, Dios de Israel, y para hablar contra Él, en que decía: «Como los dioses de las naciones de las tierras no han[i] librado a sus pueblos de mi mano, así el Dios de Ezequías no librará a Su pueblo de mi mano(Q)». 18 Proclamaron esto a gran voz en la lengua de Judá[j](R) al pueblo de Jerusalén que estaba sobre la muralla, para espantarlos y aterrorizarlos, para así poder tomar la ciudad. 19 Y hablaron del[k] Dios de Jerusalén como de los dioses de los pueblos de la tierra, obra de manos de hombres(S).

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Footnotes

  1. 2 Crónicas 32:1 Lit. estas cosas y de esta.
  2. 2 Crónicas 32:1 Lit. forzarlas.
  3. 2 Crónicas 32:2 Lit. su rostro para la.
  4. 2 Crónicas 32:4 Lit. en medio de la tierra.
  5. 2 Crónicas 32:5 Lit. levantó sobre las torres.
  6. 2 Crónicas 32:6 Lit. habló al corazón de ellos.
  7. 2 Crónicas 32:9 Lit. contra.
  8. 2 Crónicas 32:13 Lit. las.
  9. 2 Crónicas 32:17 Lit. que no han.
  10. 2 Crónicas 32:18 Lit. en judío; i.e. en hebreo.
  11. 2 Crónicas 32:19 Lit. al.